La supersónica Ashleigh Barty
Madison Keys, la cañonera estadounidense que progresaba en Melbourne en forma de flecha, cae (6-1 y 6-3) y se resigna: “Es increíble, lo hace todo bien. No te deja entrar al partido, es como si lo tuviera todo bajo control”. Comparte la impresión la víctima de la ronda anterior, su compatriota Jessica Pegula: “Contra ella te sientes verdaderamente inútil”. En paralelo, las cifras respaldan: en dirección a la final, el tiempo invertido por Ashleigh Barty sobre la pista es ridículo (6h 06m) y la concesión a las rivales (21 juegos en seis partidos), otro tanto. Y entre demostraciones, alabanzas, picos de audiencia disparados (un promedio cercano a los dos millones de personas en las últimas rondas) y el reconocimiento unánime del circuito, de aquellos que más entienden, Australia celebra: después de 42 años, el país tendrá de nuevo a una finalista femenina en su gran torneo de tenis.
La número uno ha invertido solo seis horas, cedido 21 juegos y perdido una vez el servicio en el trazado hacia la final del sábado (9.30) contra la debutante CollinsRead More